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Consejos para estudiantes de criminología 3: ¿estás seguro de lo que sabes?

Actualizado: 11 feb 2020

Nos encontramos en los primeros periodos del estudio de una maestría en criminología —aunque lo mismo aplica para una licenciatura—, y el docente de turno que le toca darnos una introducción a la criminología, inicia con la tradición de enseñarnos su definición de la criminología favorita entre muchas más definiciones, posteriormente, pasa a la sección en donde se explica por qué la criminología es una ciencia, pasando a la división de la criminología, sus direcciones, teorías, etcétera. Básicamente lo mismo en ambos niveles, y el efecto termina siendo exactamente el mismo en ambos niveles: todos anotamos, aceptamos, pero no criticamos o reflexionamos en torno a lo que nos están enseñando, o incluso internamente, ¿nos hemos llegado a realizar las siguientes preguntas?

  • ¿Realmente es suficiente lo que me dicen para considerar a la criminología como una ciencia? Investigaré un poco más.

  • ¿Por qué tantas definiciones? Muchas dicen lo mismo, otras todo lo contrario, y otras parecen una maraña de términos axiológicos para denotar que el autor sabe mucho.

  • ¿Cómo confiar en esos conocimientos que nos están aportando?

  • ¿Por cuál motivo se concentran tanto en diferenciar la criminología de la criminalística?

  • ¿Por qué son esos los objetos de estudio de la criminología? Son muchos, y no todos los autores piensan lo mismo. Cada quien le agrega el suyo, pero sin el menor fundamento ¿Por qué?

Cuando ocurre, es decir, cuando algún estudiante realiza preguntas al docente sobre el porqué de lo que presenta, suelen presentar argumentos como los siguientes:

  • Lo dice tal autor en tal libro;

  • Menciona lo que un autor señala en tal libro.

Lo anterior no está del todo mal, pero, ¿dónde quedan las evidencias de cada una de las afirmaciones realizadas? La mayoría de las veces no se presentan, o si se mencionan es de una manera confusa, o incluso, se termina etiquetando a quien realizado la pregunta como rebelde o alumno con problemas de conducta.


Específicamente lo anterior resulta ser un problema muy grave. La generación de pensamiento crítico queda estancado, anulado y demonizado. Y la ausencia del mismo provoca que los notables errores o problemas internos de la criminología sigan desarrollándose e incluso empeorando, contaminando otras ciencias.


Precisamente lo que más necesitamos actualmente es que dudemos de lo que le da forma a la criminología moderna. Dudemos para generar crítica seria, y de esa crítica, desarrollar una mejor criminología funcional, con evidencias.


Cualquier puede decir lo que los libros clásicos de la criminología indican, aun con su notable falta de evidencia, pero pocos se atreven a dudar, reflexionar y generar nuevos aportes para evolucionar la criminología hacia algo más efecto.


Necesitamos más pensadores e investigadores. Necesitamos pensamiento crítico para afrontar de mejor manera, usando la ciencia, los problemas de violencia que azotan a nuestras sociedades, siempre con medidas basadas en evidencia, no con sentido común o “lo que a mí me parece correcto”.

Por tanto, el consejo importante que les traigo es: siempre duden de lo que les enseñen. Pregunten el porqué, pidas las evidencias de las afirmaciones, generen su pensamiento crítico y así, solo así, comenzaremos a cambiar la criminología que denomino como clásica hacia una criminología basada en evidencias (CBE), útil para la sociedad y entender los diversos fenómenos de violencia.

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