El acoso sexual es una conducta no deseada de naturaleza sexual en el lugar de trabajo, que hace que la persona se sienta ofendida, humillada y/o intimidada. Es un término relativamente reciente que describe un problema antiguo.
Tanto la OIT (Oficina Internacional del Trabajo) como la CEDAW (Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer o CETFDCM) identifican el acoso sexual como una manifestación de la discriminación de género y como una forma específica de violencia contra las mujeres. El acoso sexual es una violación de los derechos fundamentales de las trabajadoras y los trabajadores, constituye un problema de salud y seguridad en el trabajo y una inaceptable situación laboral.
El acoso sexual puede presentarse de dos formas:
Cuando se condiciona a la víctima con la consecución de un beneficio laboral, aumento de sueldo, promoción o incluso la permanencia en el empleo - para que acceda a comportamientos de connotación sexual.
Ambiente laboral hostil en el que la conducta da lugar a situaciones de intimidación o humillación de la víctima.
Comportamientos que se califican como acoso sexual:
Físico: Violencia física, tocamientos, acercamientos innecesarios.
Verbal: Comentarios y preguntas sobre el aspecto, el estilo de vida, la orientación sexual, llamadas de teléfono ofensivas.
No verbales: Silbidos, gestos de connotación sexual, presentación de objetos pornográficos.
ESTADÍSTICAS CLAVES:
Una encuesta publicada en Hong Kong en febrero de 2007 mostraba que cerca del 25% de los trabajadores entrevistados sufría acoso sexual, de los cuales un tercio eran hombres. Entre los varones, sólo el 6,6 % denunció su situación (en comparación al 20 % de las mujeres) por miedo a hacer el ridículo.
Según un estudio publicado en 2004 en Italia, el 55,4 % de las mujeres entre 14 y 59 años declararon haber sido víctimas de acoso sexual. Una de cada tres trabajadoras sufren intimidaciones para progresar en la profesión, con el 65% de acusaciones de chantaje semanal por parte del mismo acosador, generalmente un compañero o supervisor. Asimismo, el 55,6 % de las mujeres que sufren intimidación sexual han presentado su dimisión.
En la Unión Europea, entre el 40 y el 50 % de las mujeres han denunciado alguna forma de acoso sexual en el lugar de trabajo.
Según una encuesta realizada por la Comisión Australiana de Igualdad de Oportunidades en 2004, el 18 % de los entrevistados de edades comprendidas entre los 18 y los 64 años declararon haber sufrido acoso sexual en el lugar de trabajo. De entre ellos, el 62 % sufrieron acoso físico y menos del 37 por ciento quisieron denunciar los hechos.
La investigación muestra que el tipo de mujer más vulnerable al acoso sexual es la mujer joven, económicamente dependiente, soltera o divorciada y con status de emigrante. Respecto a los hombres, aquellos que sufren un mayor acoso son los jóvenes, homosexuales y miembros de minorías étnicas o raciales.
El acoso sexual entre las personas del mismo sexo es reciente pero con una tendencia ascendente.
COSTE DEL ACOSO SEXUAL PARA:
VÍCTIMAS; Sufrimiento psicológico, como humillación, disminución de la motivación, pérdida de autoestima, cambio de comportamiento, como aislamiento, deterioro de las relaciones sociales enfermedades físicas y mentales producidas por el estrés, como abuso de drogas y alcohol. Victimas antes de conseguir oportunidades profesionales, abandono del empleo o suicidio.
EMPLEADORES: Disminución de la productividad de la empresa, debido a:
Juicio injusto
Peligro del trabajo en equipo
Desmotivación
Absentismo
No habrá candidatos para las vacantes en el lugar de trabajo donde se teme por el acoso sexual, el progreso y la innovación en el seno de la empresa están amenazados por un entorno en el que reina la desconfianza y la falta de espíritu de equipo.
SOCIEDAD; Costes a largo plazo para la reintegración de las víctimas, beneficios para el bienestar del desempleado y jubilación, costes por invalidez para los discapacitados, gastos en procesos legales y penales, denegado el acceso de las mujeres a trabajos de alto nivel y buenos salarios, tradicionalmente dominados por los hombres.
FUENTE: OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
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