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¿Qué es el síndrome de Estocolmo?



El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro o retención en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo​ con su captor. Principalmente se debe a que malinterpretan la ausencia de violencia contra su persona como un acto de humanidad por parte del agresor.

Las víctimas que experimentan el síndrome muestran regularmente dos tipos de reacción ante la situación: por una parte, tienen sentimientos positivos hacia sus secuestradores; mientras que, por otra parte, muestran miedo e ira contra las autoridades policiales o quienes se encuentren en contra de sus captores. A la vez, los propios secuestradores muestran sentimientos positivos hacia los rehenes.

Término acuñado por el psiquiatra y criminólogo Nils Bejero para abordar el fenómeno de reacciones afectivas e identificación entre víctimas de secuestro y captores.

Comúnmente se entiende como una especie de “enamoramiento” entre un secuestrador y su rehén (generalmente de sexo femenino), pero este síndrome tiene más implicaciones psicológicas, por lo que una reseña histórica contribuye a la comprensión de este fenómeno.

La idea del Síndrome de Estocolmo como un fenómeno de identificación y simpatía entre rehén y secuestrador, adquiere mayor popularidad por la historia de Patty Hearst, quien fue secuestrada por militares del Ejército Simbionés de Liberación (una organización terrorista).

Ella fue secuestrada en 1974 y después de un par de meses, tras el rapto y después de ser liberada, se unió a sus captores y fue fotografiada como cómplice en el asalto a un banco que protagonizó esta misma organización terrorista.

Las víctimas se comportan de manera característica y singular. Es una reacción individual e idiosincrásica que no puede generalizarse.

Sin embargo, su actuación responde a un mecanismo de defensa por parte de la víctima, de manera que acaba identificándose con su secuestrador.

Comienza a establecer un vínculo con el agresor y se identifica con él, lo comprende, le tiene simpatía y le muestra cariño y agrado.

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