Hoy en día existe una tendencia que se ha generalizado, esto es gracias al refuerzo que le dieron a la televisión las diferentes plataformas que existen para ver programación online, estamos hablando de las series y programas que a través del internet han logrado su mayor auge ya que su alcance llega a casi cualquier parte del mundo, de la misma manera que lo hace la telefonía celular.
Este tema siempre será interesante como materia de análisis, ya que para muchos como es el caso de un servidor, vemos un gran problema en la transmisión de programas con alto contenido violento, sobre todo porque este genera o puede generar ciertas conductas de riesgo en aquellos que aún no han definido su carácter o que no han alcanzado cierto grado de madurez para discernir entre lo bueno y malo, lo real y lo ficticio.
Llevamos ya varios años (por lo menos una década) desde que se diera inicio a la transmisión de series dedicadas a aquellos personajes emblemáticos del crimen organizado y que se han vuelto ya parte de lo que ahora conocemos como “Narcocultura”, series como “Los Sapos, Sin senos no hay paraíso, Narcos, El señor de los Cielos, La Viuda Negra, La Reyna del Sur, El Chapo” (solo por mencionar algunos) tienen un muy fuerte impacto en una sociedad.
Cuando se toca este tema, existe gran resistencia en creer que este tipo de programas tengan influencia en una sociedad, en lo personal he recibido respuestas como “yo veo series de narcos y no por eso ando matando” o “yo escucho narcocorridos y no por eso me drogo” y hasta cierto punto tienen razón, ya que muchos tienen un trabajo estable, ya definieron lo que desean de la vida y tienen claros sus objetivos, pero: ¿se han puesto a pensar en el mensaje que envían a sus hijos?
El mayor ejemplo de vida se da en el seno familiar, es desde ahí donde se va formando una persona, si un niño ve que sus padres, tíos, abuelos etc., tienen gran interés por la vida de un narcotraficante al grado de aplaudir su acciones, ese niño puede llegar a crecer con la idea equivocada, si los adultos nos la pasamos celebrando con canciones donde se habla de homicidios, drogas, alcohol y vemos series de narcotraficantes y decimos “que chingón fue fulanito” ¿acaso no estamos enviando la idea equivocada?
¿A qué se debe el éxito de estas series o narco series?
Es común que en este tipo de programas el héroe no es aquel que representa las buenas costumbres o la Cultura de la legalidad, por el contrario, aquí quien se gana la admiración y respeto de todos es quien ha transgredido las leyes de todas las formas posibles, es aquel que logra mover más “mercancía”, es aquel que compra a las autoridades, es aquel que logra privar de la vida a más contrarios y entiéndase por contrarios a otros grupos del crimen organizados y también a las fuerzas del orden como policías o soldados.
Como todo producto, las narco series antes de salir al público ya llevaron un proceso de mercadeo, no debemos olvidar que son un negocio y deben generar utilidades. El mejor mercado que puede encontrar este tipo de programación es Latinoamérica poniendo como ejemplo a “México y Colombia” donde el narcotráfico ha logrado fundar quizás sus más fuertes bases, entonces no es de extrañar que en estos lugares donde desafortunadamente el hablar de ejecuciones, drogas y violencia se volvió el pan nuestro de cada día y de donde salieron dos de los narcotraficantes más peligrosos y poderosos del mundo, también se vuelva normal ver estos programas que dicho sea de paso, tienen un ingrediente extra “la confirmación de lo que la sociedad ya sabe” la protección que les da a los delincuentes, la corrupción que opera dentro de las mismas instituciones de Gobierno.
Por otra parte no debemos olvidar las estrategias que utilizan quienes crean dichas series, estas tienen como objetivo que el usuario final se sienta identificado con el producto, y para esto la fórmula que más resultados da es la de “la criada y el príncipe”, que hace alusión de que estos personajes salieron de lo más profundo y marginado de la sociedad, de tener un lugar donde carecían de todo, llegaron a obtener todos los lujos y poder que el dinero puede comprar, lograron romper con estos esquemas del limitante sistema y de un gobierno corrupto al que le dieron pelea, llegando incluso a ponerlos de rodillas por un instante, después ocurre que se les termina el poder, y es ahí donde se vuelven mártires, esas personas tan nobles, preocupadas por su gente, por su pueblo ¿cómo es que llegan a vivir tal calvario?
He visto a muchos compañeros o amigos “profesionales de la prevención” exaltar este tipo de programas, y me he preguntado ¿Dónde está su lado crítico y objetivo? Debemos tener muy claro que nosotros como profesionales de la prevención (y la misma sociedad) no podemos dejarnos arrastrar por esta cultura de la ilegalidad, debemos entender los riesgos a los que avanza nuestra sociedad si dejamos que este tipo de productos de entretenimiento lleguen a nuestros hogares, no podemos quedarnos de brazos cruzados y hacer como que nada pasa, tenemos el conocimiento, es momento de compartirlo y generar prevención.