Autor: Cristian Díaz Sandoval
Email: cristian.science.ds@gmail.com
Sin ciencia, no hay futuro
El ecosistema de la criminología en México presenta una serie de matices interesante. Se observa, por un lado, una actitud enfocada en hacer crecer esta ciencia de forma seria, a través de la investigación —generalmente aplicada— para buscar inmediatamente la aplicación de los conocimientos acumulados o generados (debido a la falta de oportunidades laborales), actividad que, lamentablemente, la mayoría de las veces solo se queda en buenos deseos por la falta de un interés real colaborativo. Por otro lado, se dan a conocer prácticas cuyo fundamento es bastante dudoso, presentado hipótesis como conocimiento comprobado, actividad ya bastante grave.
La criminología contemporánea presenta una serie de problemas que deben ser tratados a la brevedad para lograr idear, en conjunto, las mejores soluciones que permitan sacar a esta ciencia atrincherada en un pozo donde la mayor parte del tiempo se ve atrapada por el Derecho en general, en donde la educación enfocada en desarrollar un pensamiento crítico y científico brilla por su ausencia, así como, lo que más avanza son toda una serie de posturas pseudocientíficas. Agregar a esta mezcla la poca colaboración entre criminólogos fuera del galanteo de posturas políticamente correctas solo para «quedar bien» pero «quedar en nada» y, por último, el tan limitado fortalecimiento del desarrollo de la criminología académica, para impulsar la sistematización del conocimiento, y de la investigación científica, para desarrollar nuevo conocimiento.
Este breve artículo es una crítica necesaria —que se centra en los puntos señalados en el párrafo anterior— a todo el ecosistema de la criminología. Una crítica que tiene como objetivo el hacer una concientización lo más objetiva posible, y con ello, iniciar un cambio obligatorio.
1. Solapamiento ante el Derecho penal
Este problema se deja ver desde la formación universitaria. La mayor parte de los conocimientos que se transmiten son de carácter jurídico que de poco ayudan al desarrollo de la ciencia. Este hecho se ve reflejado en los pocos libros que hay de criminología, que la mayoría de las veces, toman el enfoque jurídico.
El Derecho tiene una función fundamental en el control social, pero tomarlo como punto de partida para la criminología provoca un error muy grave. Incluso, en la mayoría de las ocasiones se dice que esta ciencia tiene como objeto de estudio el delito, el delincuente etc., causando graves confusiones, cuando la realidad, el objeto de estudio de la criminología —entre otros— debe ser el hecho antisocial (hecho, entendido en términos puramente científicos u epistemológicos, no jurídicos), que es cualquier acción que provoca daños a otro ser humano o seres humanos, así como a los seres vivos en general y el hábitat. Esta parte requiere un estudio aún más exhaustivo para que las bases epistemológicas de la criminología sean firmes.
La criminología como ciencia debe estudiar a la naturaleza de la forma más objetiva posible, por tanto, tomar de partida aquello que la norma indica (generalmente construida con base en tradiciones, costumbres e ideologías, y no en observaciones fiables de la realidad) entra en campos de lo acientífico.
Tomando de referencia los distintos programas educativos de la mayoría de las universidades, lo que en realidad parece que se enseña es «criminología jurídica». Sorprende incluso que, en momentos, las materias en Derecho superen a las de criminología, y que el resto terminen teniendo el enfoque jurídico. Misma situación pasa, aunque menos marcada, en el caso de la criminalística.
Afortunadamente, este y otros problemas son tratados por el Mtro. Omar Alejandro, en su obra «Definición Moderna de la Criminología en México» (2014), donde se da un énfasis a la criminología como ciencia sus objetos científicos de estudia.
2. Bajos niveles de pensamiento crítico/científico
Los bajos niveles de pensamiento crítico y científico (un problema no aislado) dentro del área de la criminología puede tener como causa el punto anterior, es decir, la enseñanza de conocimientos jurídicos por encima de conocimientos científicos.
Rara vez la enseñanza de un pensamiento científico pasa de la parte metodológica, de nuevo, suministrada bajo un lente jurídico, cosa que se deja ver con solo analizar la mayoría de las tesis que se realizan en criminología.
El pensamiento crítico es fundamental para toda persona, principalmente para aquella que se desempeña en un campo determinado de la ciencia, ya que, con él, se podrán hacer análisis adecuados sobre distintas problemáticas, al igual que, con el pensamiento científico, diseñar proyectos para el desarrollo de nuevos programas para la prevención de la antisocialidad basados en evidencia.
3. Uso de conocimientos pseudocientíficos
Hay muy poco avance en el campo de la ciencia criminológica, pero, si observamos los eventos de difusión de conocimientos criminológicos, la realidad da un duro golpe ante la imagen de que la criminología adopta rápidamente una serie de pseudociencias, regularmente, típicas de la pseudopsicología.
La ciencia tiene sus propios sistemas de validación del conocimiento. Regularmente son estudios, principalmente de doble o triple ciego, metaanálisis y demás. Existe la opción del estudio de caso, pero tiene una fuerza débil en el campo de la comprobación. Muchos de los conocimientos que se difunden en criminología, en la actualidad, carecen de un soporte científico, o incluso, aún no se han realizado suficientes investigaciones rigurosas como para algo por hecho.
Las pseudociencias son peligrosas. Bien lo dice Mario Bunge (2012), estas pueden corroer el interés de una sociedad por hacer investigación científica rigurosa, y de igual manera, puede corromperla al punto en el que puede llegarse al oscurantismo.
Las pseudociencias hacen daño. La criminología es una ciencia cuyo principal objetivo es la prevención de hechos antisociales, para que la convivencia social sea pacífica, pero promover o hacer uso de aquello que provoca daño, no solo económico sino también en la salud (física y mental), es de lo más preocupante.
4. Baja cooperación
En el ecosistema criminológico, ocurre algo preocupante: la baja capacidad de colaboración seria entre los profesionales de la criminología.
Este hecho limita a toda la criminología. Al no existir una cooperación seria, se observa más una serie de rivalidades entre diferentes personalidades representativas, que, con el paso del tiempo, solo producen un estancamiento, ya que, de esa manera, cada grupo trabaja desde su pequeña trinchera, atacando o siendo ataco por otros.
En la era del conocimiento, la cooperación profesional, es fundamental si lo que se quiere es avanzar. En solitario, en grupos pequeños, es imposible hacer algo lo suficientemente notable que favorezca el desarrollo científico.
En el pasado, personas específicas, como Issac Newton, Charles Darwin, Walace, Born, Marie Curie et al (Asimov, 2011) lograron avances increíbles que permitieron generar progresos sorprendentes, pero la mayoría lo logró por las condiciones de la época. Actualmente, principalmente en el área de las ciencias criminológicas, la cooperación es indudablemente la mejor opción para sacar a flote, y con resultados con base al objetivo de la ciencia.
5. Limitada investigación académica y científica
Este problema es bastante serio. Incluso puede ser el resultado de los 4 puntos anteriores, o de algo más grande, un desafío que está presente en la mayoría de las ciencias en México, pero, por ahora, en Criminología está altamente marcado.
Actualmente, los libros de referencia en criminología, en mayoría, son escritos por personas que no son criminólogos, siendo abogados de profesión, aunque esto no lo demerita, ya que los aportes son importantes para el avance. A nivel de investigaciones científicas, la mayoría son de carácter aplicado (siguen siendo ínfimas), sin la presencia de investigaciones cuyo carácter es la sistematización del conocimiento o la creación controlada de nuevo conocimiento científico.
En algunos casos, muchas investigaciones realizadas no cuentan con la rigurosidad necesaria como para ser tomada en cuenta, por tal motivo, se requiere un mayor esfuerzo por parte de las instituciones de educación para poder mantener una rigurosidad en todo trabajo académico.
Sin investigación científica, no hay avances en el conocimiento, y con ello, no hay criminología aplicada, culminando en una limitada fuente de trabajo.
De igual manera permitirá un mayor reconocimiento social, al demostrar de lo que es capaz.
Propuestas para el desarrollo de la criminología científica
La crítica —como se notó— no se enfocó en lo poco conocida que es la criminología en la sociedad, o que se suele confundir con criminalística y medicina forense gracias a las series de televisión, que no son más que entretenimiento.
Los siguientes tres puntos, es una serie de propuestas que podrán mejorar la situación actual de la criminología en México, y de ponerse en práctica, los cambios podrías ser absolutos:
Mejorar la enseñanza de la educación de la ciencia en las universidades. Incluyendo en el programa de metodología básica una introducción completa de la ciencia, para conocer qué es, cómo se hace, un poco de su historia, así como qué no es ciencia y porqué. Esto podría concluir en la inclusión permanente de la epistemología, fundamental para comprender qué es la ciencia, así como para hacer buena ciencia.
Actualizar los programas académicos de criminología. Como se señaló, la mayor parte de los programas académicos de las licenciaturas en criminología ofrecen una perspectiva poco alentadora. Es necesario incluir más ciencia para la adquisición del mayor conocimiento científico, de suma importancia para hacer crecer el conocimiento de la criminología a través de las investigaciones posteriores. El Derecho tiene su importancia, pero no a un grado de dominio o determinista. La bilogía (con sus ciencias especializadas, como son la ecología, las neurociencias, la psiquiatría, la genética etc.) es una inclusión necesaria que generaría avances interesantes, así como lo es la psicología científica, la antropología cultural.
Formar un pensamiento crítico/científico, para obtener mejores resultados al momento de llevar a la criminología a la práctica, principalmente en la creación de estrategias criminológicas.
La criminología tiene un gran potencial, un potencial difícil de llegar a imaginar a su máximo nivel. Su aplicación no solo puede verse en el área de la seguridad, sino también en el área de la salud, de la economía, y en general, en toda área de aplicación humana, gracias a su objetivo principal, que es la prevención.
Una de las tantas virtudes con las que cuenta la ciencia, es que, a través del conocimiento científico se puede llegar a prevenir toda clase de riesgos en prácticamente cualquier área, ya sea en cuestiones de salud, áreas de medio ambiente, de construcción de estructuras, en el desarrollo tecnológico; en momentos donde la investigación aplicada puede permitir desarrollar técnicas y productos que pueden disminuir el hambre en el mundo, curar enfermedades, así como un infinito etc. La ciencia es la mejor herramienta con la que se dispone para que el ser humano, se salve a sí mismo, pero bajo efectos de ignorancia e irracionalidad, se puede usar para provocar la autodestrucción (Sagan, 1996).
Uno de los objetivos de la criminología, a través de sus objetos de estudio (el hecho antisocial, el control social, la víctima…), es poder llegar a la prevención de aquello que provoca daño real en la sociedad, y en general, a toda forma de vida. Para ello, se requiere el estudio científico de los hechos antisociales, mediante el conjunto sistematizado de conocimientos científicos aplicados, con el solo fin de mermar la violencia, y poder hacer de este planeta, que es nuestro único hogar —por el momento—, un lugar más agradable y apto para vivir.
Fuentes de consulta
Asimov, I. (2011). Momentos estelares de la ciencia (1a ed.). México: Alianza editorial.
Bunge, M. (2012). Las pseudociencias ¡Vaya timo! (1a ed.). España: Laetoli.
de León Palomo, O. A. (2014). Definición moderna de la criminología en México (1a ed.). México: Criminociencia.
Sagan, C. (1996). El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad (1a ed.). Planeta.
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